En Fran Cisneros todo tiene sentido.
No es casualidad que naciera en una Sierra, porque allí se respira mejor, uno se inspira, pasa el tiempo y todo cuenta, ni que su infancia transcurriera en plena naturaleza del río a la alberca corriendo feliz y descalzo por el campo, entre higueras, pisando la tierra, o que fuera el hijo de Juan el veterinario y de Gloria maestra de escuela, de los que aprendió el respeto a los demás, el trabajo y el esfuerzo, sus macetas.
En su adolescencia de internados, lejos del campo amado, nació la necesidad de querer cambiar las cosas, de imaginar paisajes donde no había más que hormigón armado.
Pronto abandonó estos muros para marcharse a Londres, en busca de un mejor futuro, donde empezó desde cero, sin dinero y sin complejos; allí entendió lo que es estar lejos. Lo que es echar de menos.
Y cuando volvió, lo hizo con el firme deseo de estudiar algo muy nuevo, ciencias medioambientales, en un tiempo en que sólo estudiábamos Derecho.
Después hubo un después pintoresco que le llevó a Bolivia, y a vivir en Pekín donde trató de parar la desertización de un desierto.
Y hoy lleva quince años diseñando espacios de aire libre.
Lo de Fran son los Jardines.
Y los secretos.
Él hace visible lo invisible.
Transforma rincones imposibles en algo vivo, bueno y bello.
Y recupera un solar muerto con natural naturaleza. De un escombro, un hogar, de un jaramago, un lugar amado.
Pero lo más valioso de Fran, más allá de sus flores, de ser un artista del campo, un gran paisajista, un interiorista, un performance; un ingeniero verde, un alquimista, un director de arte, un creador global, son las historias que escribe allí donde transforma y que inspiran cada trabajo que toca.
Todo nace de un relato que le da sentido y que va escribiendo después de pasar días y noches durmiendo en el lugar donde va a representar su obra. El tiempo sobra. Todo se para. Apuntala detalles. Es lo único que vale.
Sin historia no hay paisaje.
La belleza por sí sola no arde.
O es un loco muy loco o un cuerdo muy cuerdo. Me da igual como quieras verlo.
Yo me quedo con su cuaderno, donde narra un comienzo y desenlace.
Y con sus cuentos `Pasión Flamenca´, `El bosque de la vida´, `Una princesa en el Reino de Florín´, `10.000 rosas para volver´, `Un jardín del olvido para las novias´ o `l´objet trouvé´.
Es un Charles Dickens moderno, un niño, un genio.
No esperes planos, ni bocetos, ni storyboards, ni maquetas, ni presupuestos. Prepárate para una historia de amor como nunca te han contado.
Cuidado.
En un par de años hará terrazas en Nueva York, el atrezzo de desfiles en Roma o una ópera en Milán, porque cuando construye una idea no tiene rival. Su seguridad es aplastante. También su equipo de más de quince personas de acero inolvidable, capaces de montar y desmontar sueños en un cuarto de hora.
Fran a corazón abierto.
Yo le quiero.
Él me enseñó que en las cenizas también brotan semillas.
Que hay que sembrar amor para que el amor crezca.
Que hay que regar para que dure y permanezca.
Y que sin pasión todo se seca.
Palabra de jardinero.
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Feliz y agradecido. Reportaje del programa ‘Flashmoda’, de TVE, donde recogen la puesta en escena que realicé para la diseñadora neoyorquina Reem Acra.
Posted by Fran Cisneros Paisajista on Sunday, June 10, 2018
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