Los que están para todo, no tienen precio.
Esta foto tiene mérito porque llovía lo más grande cuando la hicimos. Era domingo, y todos dejaron de hacer sus cosas para hacer las mías.
En este comienzo mi agradecimiento más sincero a los que tanto me inspiran con su trabajo, tanto me enseñan y me acompañan pase lo que pase.
Son los que te dicen las cositas claras como el agua. Son los que se quedan a recoger, cuando las fiestas se acaban. Los que te devuelven las llamadas y los que irían contigo a una alfombra roja o al cuarto de la plancha.
A Ada, Sabina, Macarena, Asun, Esther, Manolo, Chesko, Jesús, José Antonio y Sebas. A todos Gracias!!! A ti también Alejandro, que sólo rompiste tres bombillas del estudio durante esta sesión.
septiembre 22, 2017
Escribes con alma y sensibilidad y llegarás donde tu lápiz te lleve pero siempre con tu corazon