THE NOVEMBER ISSUE

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Noviembre telonero. El mes cascarón de huevo. Un mes de relleno.

Noviembre es el mes de los inventos para darle algún sentido porque no hay por dónde cogerlo.

Y le cabe lo mismo que al cajón de la mesa de tu despacho, tu frigorífico o tu cuarto trastero.

Noviembre o el mes de los cuentos, los mercadillos, las promociones, los abrigos baratos, los superprecios, el ofertón, el Mid Season Sale por las esquinas y habrá quien no sepa inglés, del reserve ya su crucero, de los retoques Santa Rita, Santa Rita, lo que se da NO se quita. El mes del descuento, los Viernes Negros.

Un mes en el que vas con la carita de lluvia, los ojos apretados y el cuerpo encogío de frío a todos lados, mientras Elsa Pataky te empuja a ser sexy en pijama de invierno con zapatillas de tacón y plumas, cuando tu piel está más blanca que nunca, y te matas por unos calcetines y una bata que no va con el conjunto, que la parte de abajo está todavía en la secadora oiga y luego nos quejamos de qué poco nos rozamos este mes. Con este frío y esta pinta complicado meter mano.

Y mientras tanto, los más pequeños ni se inmutan por el mes que está cayendo, lo único que cuenta es que llueva, que llueva, la Virgen de la Cueva y echarse a la calle a pisar charcos, eso y…estrechar entre sus manos el nuevo catálogo de juguetes del Corteinglés. Yo quiero ser como ellos, incombustible al frío y al aburrimiento. Vivir el momento y no pensar nunca.

Ya es hora de guantes, de pieles fosforitas y de enterrar expectativas, como las que tienes cuando compras un oso de peluche carísimo que habla y se ilumina para que tu bebé se vuelva más inteligente y acabe entusiasmado chupando la etiqueta de lavado, y al oso, ni caso.

Noviembre es un mes en calma tensa donde comienza la cuenta atrás antes de cerrar el año y hacer inventario de tu vida y contar todas sus piezas.

La calma antes de medir y hacer balance de lo que te hace feliz, lo que te hace llorar, y darte cuenta de qué te pesa, qué te frena, qué te estorba y hacer limpieza.

Noviembre para brillar en la oscuridad. Lo tengo claro.

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