No te va a gustar. Lo sé. Pero es mi verdad, y como todas las verdades escuece como un limón, pero libera contarla.
Odio quejarme y que se quejen, y más teniendo tanto que agradecer, por eso he escrito este cuento un montón de veces y el mismo montón lo he roto de vergüenza, pero tengo que escupirlo de una vez para poder avanzar.
Y si he tardado tanto en volver a este blog es porque no he podido darme más de lo que me he dado estos nueve meses.
Siento llegar tarde a ti y a lo que espero de mí.