Será porque pienso en tu dolor, en tu miedo, en tu resignación.
Porque no sé si duermes, si sueñas, si te queda ilusión o te quedan ganas que, desde que supe que te ibas a
marchar, sólo he podido llorarte de coraje, de dolor, de rabia y rezar por tu vida que se apaga y pedir que no
pierdas la esperanza.