En Junio un regalo: el verano.
Junio o las Jacarandas que cambian el color de las ciudades y lo ponen todo perdido de morado.
Y aunque es un poco tarde para dejar de comer tocino de cielo y matarse a jengibre, machacarse en el gimnasio como si no hubiera un mañana o pegarse descargas eléctricas a ver cómo levantas nalgas… siempre nos queda el moreno, que nos pone tan buena cara.